Una hernia es una afección médica en la que un órgano o tejido protruye a través de una abertura anormal en la pared abdominal que lo rodea. Las hernias pueden presentarse en varias partes del cuerpo, siendo las más comunes las hernias inguinales, umbilicales, femorales y las hernias incisionales. Las hernias inguinales ocurren en la región de la ingle, las umbilicales alrededor del ombligo, las femorales en la parte superior del muslo y las incisionales en el sitio de una cicatriz de cirugía anterior.

La hernioplastia es el procedimiento quirúrgico utilizado para reparar una hernia. Existen dos métodos principales para realizar una hernioplastia: el método abierto tradicional y la cirugía laparoscópica. En el método abierto tradicional, el cirujano hace una incisión grande en el sitio de la hernia, empuja el tejido protruyente de vuelta a su lugar y refuerza la pared muscular con suturas y, a menudo, una malla sintética para evitar recurrencias. Este método es efectivo pero puede implicar un mayor tiempo de recuperación y más dolor postoperatorio.

La cirugía laparoscópica, por otro lado, es una técnica mínimamente invasiva que utiliza varias pequeñas incisiones a través de las cuales se insertan una cámara y herramientas quirúrgicas especializadas. Este método permite al cirujano ver y reparar la hernia con menos trauma para el tejido circundante. Las ventajas de la cirugía laparoscópica incluyen menor dolor postoperatorio, una recuperación más rápida y menos cicatrices visibles. Sin embargo, la elección entre el método abierto y la laparoscopia dependerá de la complejidad de la hernia, y las condiciones específicas del paciente.


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