Cirugía de vesícula biliar

Las patologías benignas de la vesícula biliar que pueden requerir intervención quirúrgica incluyen la colelitiasis sintomática y los pólipos vesiculares. La colelitiasis es la presencia de cálculos biliares en la vesícula, que pueden causar síntomas como dolor abdominal intenso, especialmente después de comer. Los pólipos vesiculares son crecimientos en la pared de la vesícula biliar que, dependiendo de su tamaño y características, pueden necesitar extirpación para prevenir complicaciones o malignización. La intervención quirúrgica es particularmente recomendada en casos sintomáticos, si los pólipos crecen de tamaño o cuando los pólipos superan los 10 mm.

Las complicaciones de la colelitiasis sintomática no tratada quirúrgicamente incluyen la colecistitis, que es la inflamación de la vesícula biliar; el cólico biliar, que es un dolor intenso causado por el movimiento de los cálculos; la obstucción de vía biliar que se manifesta con dolor e ictericia y la pancreatitis, que es la inflamación del páncreas provocada por la obstrucción de los conductos biliares. Estas condiciones pueden causar dolor severo, infecciones y, en casos graves, daño a los órganos afectados. Por esta razón, es crucial intervenir quirúrgicamente en pacientes con síntomas recurrentes para prevenir estas complicaciones.

La colecistectomía por laparoscopia es el procedimiento estándar para extirpar la vesícula biliar. Durante esta cirugía mínimamente invasiva, se realizan varias pequeñas incisiones en el abdomen a través de las cuales se insertan una cámara y herramientas quirúrgicas especializadas. Este enfoque permite al cirujano visualizar y remover la vesícula biliar con precisión. La laparoscopia ofrece numerosas ventajas, incluyendo menos dolor postoperatorio, una recuperación más rápida y menores cicatrices. Es fundamental que los pacientes sean evaluados por un cirujano especialista, quien puede determinar si la intervención es necesaria y explicar las opciones disponibles.