¿Qué es el quiste pilonidal o sacro y cómo se trata?
El quiste pilonidal es una formación anómala que se localiza en el tejido subcutáneo, generalmente en la región sacrococcígea, justo encima del pliegue interglúteo. Su nombre proviene del latín y significa "nido de pelos", ya que frecuentemente contiene pelos incrustados en su interior.
¿Cómo se produce?
Se cree que el quiste pilonidal tiene un origen adquirido en la mayoría de los casos. Factores como la fricción repetida, la presión y la penetración de pelos en el tejido subcutáneo provocan una reacción inflamatoria. Esta irritación puede dar lugar a la formación de un quiste o de tractos sinusales.
Factores de riesgo
Existen ciertos factores predisponentes que aumentan la probabilidad de desarrollar un quiste pilonidal, entre los que se incluyen:
Edad y género: Más común en hombres jóvenes entre los 15 y 35 años.
Exceso de pelo: Especialmente en la región lumbar.
Obesidad: Incrementa la fricción en el pliegue interglúteo.
Sedentarismo: Prolongados periodos sentado.
Complicaciones
El quiste pilonidal puede evolucionar hacia diversas complicaciones:
Absceso pilonidal: Infección aguda que provoca dolor intenso, inflamación y, a menudo, drenaje purulento.
Fístulas: Tractos crónicos que conectan el quiste con la superficie de la piel.
Recurrencias: Es frecuente si no se realiza un tratamiento definitivo.
Infección sistémica: Aunque rara, una infección descontrolada puede provocar septicemia.
Diagnóstico
El diagnóstico del quiste pilonidal es principalmente clínico. Los pacientes suelen referir dolor en el área sacra, hinchazón y, en ocasiones, drenaje purulento o hemorrágico. La inspección física muestra un orificio sinusal o una tumefacción dolorosa.
En casos complejos, pruebas de imagen como la ecografía o la resonancia magnética pueden ser útiles para evaluar la extensión del quiste y la presencia de fístulas.
Tratamiento
El manejo depende del estado clínico del paciente:
Fase aguda (absceso pilonidal):
El tratamiento requiere drenaje quirúrgico urgente para aliviar la infección y el dolor. En esta fase, no suele realizarse la extirpación completa del quiste, ya que el tejido inflamado dificulta la cicatrización.
Fase crónica (quiste no infectado):
Se opta por la cirugía electiva para prevenir recurrencias.
El papel del cirujano
El cirujano desempeña un papel crucial en todas las fases del manejo del quiste pilonidal. Desde el diagnóstico inicial, utilizando su experiencia clínica e interpretando pruebas de imagen, hasta la decisión del tratamiento más adecuado según la fase evolutiva. Su intervención asegura una resolución efectiva y reduce el riesgo de complicaciones o recurrencias.